Pan de Natas
Ya he hablado varias veces en esta página de mi abuela materna y es que los recuerdos más gratos que tengo de ella son de cuando expresaba su amor a través de la preparación de platos deliciosos, muchos de ellos de la forma tradicional y, claro, la más elaborada. Cuando mis primas, hermana y yo tuvimos edad para aprender y ayudarla, nos sentaba en la mesa del desayunador y nos ponía a enrollar canelones o hacer los tamales de masa o elote, o a preparar la pasta para los dulces. No siempre estábamos dispuestas, pero mi abuela no era de las que aceptaba un no por respuesta. La verdad es que no recuerdo haber colaborado con la preparación del Pan de Natas, y es que creo que ella prefería hacerlo sin ayuda, no sé, habría que preguntarle a mis primas, ya que ellas vivían con mi abuela y seguramente les tocó ayudar a la abuela con varios platillos.
Como fuera, el pan de natas o bizcocho era una de las muchas cosas que mi abuela hacía y que nos encantaba. Esponjoso, fragante, con una textura perfecta en la corteza, no recuerdo que hubiese alguna vez que dijéramos "este no le quedó tan bien", todos le quedaban increíbles. No es un bizcocho complicado, en realidad, ninguno lo es, así que seguramente les quedará exquisito.
Los ingredientes:
1/4 kg de harina
1/4 kg de azúcar
1/4 kg de mantequilla
4 huevos
2 cucharadas de levadura química (Royal)
1 taza grande de natas frescas
Ralladura de limón
Se escurren bien las natas para después batirse muy bien con la mantequilla hasta conseguir una textura cremosa, se añade el azúcar y cuando ya está con ese punto cremoso, se agregan los huevos uno a uno y se bate para que se incorporen a la masa cremosa, por último, se añade la harina mezclada con la levadura y pasada por un tamiz para que caiga muy fina sumándose a masa, añadirle la ralladura de limón e introducir al horno que habremos calentado a 180º C entre 35 y 40 minutos. El pan está listo cuando al introducirle un cuchillo o un palillo largo, este sale limpio.
¡Buen provecho!
Como fuera, el pan de natas o bizcocho era una de las muchas cosas que mi abuela hacía y que nos encantaba. Esponjoso, fragante, con una textura perfecta en la corteza, no recuerdo que hubiese alguna vez que dijéramos "este no le quedó tan bien", todos le quedaban increíbles. No es un bizcocho complicado, en realidad, ninguno lo es, así que seguramente les quedará exquisito.
Los ingredientes:
1/4 kg de harina
1/4 kg de azúcar
1/4 kg de mantequilla
4 huevos
2 cucharadas de levadura química (Royal)
1 taza grande de natas frescas
Ralladura de limón
Se escurren bien las natas para después batirse muy bien con la mantequilla hasta conseguir una textura cremosa, se añade el azúcar y cuando ya está con ese punto cremoso, se agregan los huevos uno a uno y se bate para que se incorporen a la masa cremosa, por último, se añade la harina mezclada con la levadura y pasada por un tamiz para que caiga muy fina sumándose a masa, añadirle la ralladura de limón e introducir al horno que habremos calentado a 180º C entre 35 y 40 minutos. El pan está listo cuando al introducirle un cuchillo o un palillo largo, este sale limpio.
¡Buen provecho!