Sopa de tortilla con caldo de frijoles
Pues sí, a los mexicanos nos gustan mucho los frijoles. Habrá la excepción que confirme la regla, claro, pero será difícil encontrar al mexicano que diga no a un buen plato de frijoles en sus múltiples formas de presentación y maneras de preparación. Se ha caído en el error de creer que es un vegetal que forma parte de las aportaciones culinarias de España, sin embargo, el frijol tiene su origen en Mesoamérica.
Restos de frijol que corresponden al período Preclásico y Clásico hallados en distintos sitios arqueológicos y pinturas prehispánicas en Teotihuacan y Zacuala, constatan que el frijol se cultivaba en Mesoamérica nueve mil años atrás. Estos descubrimientos confirman también que fueron dos las especies de frijol las que integraban la dieta básica de los antiguos mexicanos. En la antigua Tenochtitlan la importancia del frijol era tal que formaba parte de la lista de productos tributarios, es decir, se exigía a las tribus que hacían uso de los recursos naturales o bien, zonas en las que esas comunidades se establecían. El monje franciscano, Bernardino de Sahagún escribió: " Otra sala del Palacio se llamaba petlacalco, en este lugar posaba un mayordomo del señor que tenia cargo y cuenta de todas las trojes de los mantenimientos de maíz que se guardaban para proveimiento de la ciudad y la república que cabían a cada dos mil *fanegas de maíz en las cuales había maíz de 20 años sin dañarse; también había muchas **trojes en que se guardaba mucha cantidad de frijoles" No obstante, una buena parte de los actuales platillos elaborados a base de frijoles sí son el resultado del mestizaje de guisos prehispánicos y españoles. Un ejemplo de ello es la presente receta. En lo personal, es una de las formas de preparación que más me gustan y creo que vosotros podréis incluir entre vuestros platos mexicanos favoritos. Los ingredientes:
Poner en remojo los frijoles desde la tarde anterior de prepararlos (un día antes). Poner a hervirlos con el diente de ajo y la cebolla cortada en trozos grandes. Cortar las tortillas en tiritas y freír en una cacerola cuidando que no se doren pero dejando que queden crujientes. Entre tanto, lavar y asar los tomates en un comal o en un sartén expuesto al fuego. Después, licuar con la cebolla, colar y reservar la salsa. Una vez fritas las tortillas, añadir el caldillo de tomate y cuando empiece a resecarse, agregar los frijoles. Antes de que hierba se le añade la rama de epazote. Según yo, la albahaca fresca, una hoja sola, puede reemplazar el epazote si no se encuentra – en Europa es muy difícil -. En cualquier caso, también se puede usar cilantro, una rama o dos, pues éste tiene un sabor más sutil que el del epazote. Poner la sal al gusto y hervir hasta que la parte de las tortillas que estén sumergidas se hayan ablandando. Para servir, raya queso fresco encima. ¡Buen provecho! * Medida de capacidad para el grano, las legumbres y otros frutos, de valor variable según las regiones ** Troje, troj, troja o atroje es una estructura destinada al depósito de productos agrícolas. Existen variaciones en la forma de construirlos de acuerdo al producto que se guarda y a condicionantes económicos y culturales |
|
|