¿Quién no conoce, aunque sea de oídas o por las películas el Puerto de Acapulco? ¿Alguien no ha oído hablar de Cancún y la Riviera Maya? ¿Existe alguna persona que no haya visto imágenes de Los Cabos San Lucas en la península de Baja California?
México tiene lugares impresionantes, bellísimos, divertidos, deliciosos, mágicos, interesantes, cautivadores, llenos de luz, historia, misticismo e historia. No, no he exagerado en los adjetivos, solo he mencionado algunos de aquellos que los millones de visitantes a los rincones más conocidos de México han usado para describir su experiencia en mi país.
Sin embargo, cuando se trata de algunos estados del territorio de la República Mexicana, los comentarios, cuando los hay, hacen referencia a la difícil situación que los mexicanos lidian con el crimen organizado y la corrupción política.
Esto puede deberse al desconocimiento de algunas personas sobre lo que realmente vale y es importante en Veracruz, que desde luego no tiene que ver ni con los zetas, ni con el narcotráfico ni con políticos corruptos e incompetentes, sino con una promoción con diversas fallas. Una de las más evidentes es que, mientras el alcance de la prensa nacional e internacional y los sucesos terribles acontecidos en Mëxico, la promoción turística y cultural del Estado con frecuencia no logra superar las fronteras de la región sur de la entidad.
Si es cierto que los mexicanos tienen conocimiento del Estado de Veracruz como parte del territorio federal de la nación, también lo es que se desconoce su relevancia histórica, prehispánica, cultural, industrial, artística, económica y, por supuesto, turística.
Así, si la promoción turística y cultural del Estado no ha llegado hasta el último rincón del territorio mexicano, es comprensible que el número de personas fuera de México que conocen o se sientan animados a conocer cualquiera de los preciosos espacios de la entidad veracruzana, es muy reducido.
Por ello, quiero preguntar a todos lo que piensan a este respecto y transmitir esta inquietud (que seguramente es compartida con muchísimos veracruzanos) a las autoridades responsables y, desde luego, contrarrestar el manejo que la prensa hace sobre lo que sucede en Veracruz y la forma en que su sensacionalismo afecta a la imagen turística en el país y en el extranjero de nuestro bellísimo estado.
México tiene lugares impresionantes, bellísimos, divertidos, deliciosos, mágicos, interesantes, cautivadores, llenos de luz, historia, misticismo e historia. No, no he exagerado en los adjetivos, solo he mencionado algunos de aquellos que los millones de visitantes a los rincones más conocidos de México han usado para describir su experiencia en mi país.
Sin embargo, cuando se trata de algunos estados del territorio de la República Mexicana, los comentarios, cuando los hay, hacen referencia a la difícil situación que los mexicanos lidian con el crimen organizado y la corrupción política.
Esto puede deberse al desconocimiento de algunas personas sobre lo que realmente vale y es importante en Veracruz, que desde luego no tiene que ver ni con los zetas, ni con el narcotráfico ni con políticos corruptos e incompetentes, sino con una promoción con diversas fallas. Una de las más evidentes es que, mientras el alcance de la prensa nacional e internacional y los sucesos terribles acontecidos en Mëxico, la promoción turística y cultural del Estado con frecuencia no logra superar las fronteras de la región sur de la entidad.
Si es cierto que los mexicanos tienen conocimiento del Estado de Veracruz como parte del territorio federal de la nación, también lo es que se desconoce su relevancia histórica, prehispánica, cultural, industrial, artística, económica y, por supuesto, turística.
Así, si la promoción turística y cultural del Estado no ha llegado hasta el último rincón del territorio mexicano, es comprensible que el número de personas fuera de México que conocen o se sientan animados a conocer cualquiera de los preciosos espacios de la entidad veracruzana, es muy reducido.
Por ello, quiero preguntar a todos lo que piensan a este respecto y transmitir esta inquietud (que seguramente es compartida con muchísimos veracruzanos) a las autoridades responsables y, desde luego, contrarrestar el manejo que la prensa hace sobre lo que sucede en Veracruz y la forma en que su sensacionalismo afecta a la imagen turística en el país y en el extranjero de nuestro bellísimo estado.