Charlotte de almendras y fresas
Por un momento pensé que este postre con tantas versiones como gustos e imaginación tiene el hombre era de origen mexicano y que databa de los años en los que la mujer del emperador Maximiliano de Habsburgo, Carlota, pero buscando información, y haciendo memoria sobre el origen de sus ingredientes, me desinflé y di marcha atrás respecto de esa teoría equivocada.
La historia de la Carlota es la siguiente:
En la segunda mitad del siglo XVIII existía una ley que prohibía a los panaderos vender el pan del día anterior, debían regalarlo o quemarlo frente al público, lo que naturalmente representaba una pérdida que los panaderos no querían asumir. Los comerciantes se las arreglaron para poder aprovechar el pan y venderlo ya no como pan, sino hecho postre. De esta solución viene la creación del pudín y este postre, la Carlota.
En un molde enmantecado o acaramelado ponían rebanadas del pan sobrante y llenaban el molde al que luego agregaban encima una mermelada de fruta cocinando todo en baño maría y que al desmoldar, se adornaba con azúcar y se servía tibio. ¿Cómo se bautizó como Carlota?
Pues bien, la esposa de Jorge III de Inglaterra, Carlota Sofía de Mecklemburgo-Strelitz utilizaba unas cofias blancas que estaban de moda por aquellos años. Los ingleses llamaron carlotas a este tocado en honor a la reina. Parece que algún repostero de la época encontró un parecido entre la cofia y aquel postre a base de pan y compota, así le quedó ese nombre.
Como sea, en la actualidad, lo que conocemos como Charlotte tiene muy poca semejanza con el postre del siglo XVIII creado en honor de la cofia de la esposa del rey Jorge III. En el siglo XIX, Carame, la asistente del Zar Alejandro de Rusia, decidió hacer la Carlota, pero en lugar de pan, utilizó “biscuits” o soletas, y también sustituyó la compota por un bavarois. (crema bávara, crème bavaroise, o simplemente la bavaroise o en España, la bavarois es un postre frío de pastelería que suele llevar gelatina, crema inglesa y nata montada). Lo sirvió como un postre frío y lo rebautizó como Charlotte a la rusa. No es de extrañar que al paso de los años, fuese esta versión y no la original la que persistiera y llegara a nuestros días, aunque quedó como Charlotte nada más.
Bonita y glamorosa historia.
Ahora, la Carlota de Almendras recomendada por una dama veracruzana:
- 200 grs de almendra limpia y molida
- ½ tz de leche
- 200 grs de mantequilla
- 200 grs de azúcar
- 2 tz de fresas limpias y partidas a la mitad a lo largo.
- 3 docenas de soletas.
Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una textura espumosa, añadir la leche y la almendra molida. En un molde refractario colocar una capa de soletas y otra de la crema de almendra alternativamente hasta cubrir la altura del refractario que determinará el tamaño de la Carlota, y al final, decorar con las fresas hasta cubrir toda la superficie. Introducir en el refrigerador un par de horas.
Que lo disfrutéis mucho.