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La cocina veracruzana, riqueza cultural
y sabores inolvidables
Desde la Huasteca hasta los Tuxtlas, pasando por el Totonacapan y la sierra, el Estado de Veracruz recomienda especialmente disfrutar de la enorme oferta culinaria de cada una de las regiones del territorio de la entidad que es a su vez, una de las gastronomías más completas de México. Al ser fundado el primer ayuntamiento de América, los pobladores autóctonos inician un trato directo con los españoles lo que resultó en una zona típicamente marcada por el mestizaje en el que también se encontraba la cultura africana por los esclavos llevados por los españoles a la colonia. Tras la independencia, el comercio entre Veracruz y varios países europeos inicia con gran fuerza en tanto que el recién nacido país atravesaba por momentos muy difíciles políticamente, lo que no impidió que los habitantes adoptaran costumbres culinarias extranjeras que no sustituyeron las propias raíces sino que generaron nuevos platillos que conformaron la cocina criolla y la mestiza.
La cultura gastronómica veracruzana se reparte en cuatro regiones: la Huasteca, la central, Sotavento y los Tuxtlas que llega hasta los límites sur de la entidad.
De la región Huasteca (norte del estado, la ciudad más importante es el puerto de Tuxpan) sobresalen los zacahuiles, huatapes de camarón que consiste en una sopa espesada con masa, el pazkal de gallina y ajonjolí (semilla de sésamo importada en México por los navegantes españoles), los bocoles, palmito en escabeche, torta de hueva con huevo, ajicomino de pollo y entre los postres, los chapines o chatines de plátano.
Del centro (con Xalapa como centro de la región) se resalta el chileatole de lengua, la sopa de albondiguillas, el xonequio o quelites con frijol y masa, el tezmole con flor de izote, los chiles jalapeños y chipotles rellenos, chapandongos, torta de gasparitos, chaotextle capeado, tepejilotes en caldillo y el famoso mole de Xico, aunque no menos importante son las mojarras y los langostinos de Coatepec.
En el sotavento se comparten el protagonismo Veracruz, Boca del Río, Chachalacas (Villa Rica, playa en la que desembarcaran Magallanes y Cortés en el s. XVI), Mandinga y Alvarado. Los platillos endémicos de esta zona son el chilpachole de jaiba, tostones de plátano macho, pescado a la veracruzana, pulpos en su tinta, entre otros. También del sotavento tenemos la bebida característica de Boca del Río que se prepara a partir de frutas de temporada, o bien, coco o cacahuate.
De la central a la Huasteca se conforma la zona con mayor influencia española de todo el país, ya que durante más de cuatro centurias el puerto de Veracruz fue punto de entrada de los productos españoles a México y, desde luego, salida de todo tipo de productos de México hacia Europa.
De los Tuxtlas destacan el chilpachole de yuca, borreques o papayanes de frijol con masa y piloncillo, los tegogolos, la carne de chango, la iguana en moxte.
Aunque los famosos tamales son un platillo que se prepara en prácticamente todos los países latinoamericanos, la enorme variedad de tamales en Veracruz le colocan a la cabeza a nivel nacional y entre los primeros a nivel latinoamericano. Desde los zacahuiles huastecos que se trata de un platillo a base de maíz cernido cocido en una gran olla de peltre o barro y carne de puerco con una salsa de chiles secos hasta los tamales de puerco con una salsa de chile seco tan apreciados en la zona del Sotavento. Son deliciosos también los tamales de cazón deshebrado de Nautla y Tecolutla (al norte de la entidad, en la zona huasteca). En los Tuxtlas, se pueden disfrutar los tamalaes morados de coco, mimiles o tamales de elote, tamales de capita con frijol, calabaza y epazote y más al sur, chenchamitos. Los tamales de mole negro y el tamal de cazuela complementan la enorme variedad de tamales de la región.
Coatepec, Córdoba y Huatusco producen y procesan algunos de los mejores cafés del mundo. Internacionalmente se reconoce la calidad del café Coatepec.
Es el puerto jarocho el hogar que vio nacer a uno de los establecimientos más tradicionales de Veracruz y México, El Gran Café de la Parroquia, fundado en 1881 por un inmigrante español, Marcelino Fernández. Lugar de encuentro y convivencia social y muchas veces también económica, el Café de la Parroquia es quizás uno del os establecimientos restauranteros más antiguos del país. Uno de los platos típicos son, aparte de disfrutar su delicioso lechero con el espectáculo de los camareros elevando la cafetera y la jarra de leche hirviendo desde una altura de 40 cms sin derramar una gota, es un bocadillo conocido como platillo volador, que no es otra cosa que un sandwish con carne de pierna de pavo y jamón estilo virginia, pero de verdad, es increíble lo bien que sabe.
Es importante resaltar la importancia de la influencia arábiga en la gastronomía española y por tanto, presente en la cultura culinaria mexicana y, desde luego, veracruzana. Numerosas palabras de uso común en la cocina mexicana obedecen a la amplia presencia de la árabe en la gastronomía ibérica. Algunas de ellas son, albóndiga, albahaca, alcachofa, alcaparra, alcaravea, alfalfa, almendra, almíbar, almidón y almuerzo.
Se suele llamar atinadamente La tercera raíz a la influencia africana en la gastronomía mexicana. Llevados por los españoles al continente americano para incrementar la fuerza de trabajo, los esclavos negros llegan a Veracruz a partir del 1524 llevando consigo la mezcla concebida entre ingredientes de las Antillas y los diferentes orígenes de los esclavos africanos.
La riqueza de una cultura está fundamentada principalmente en la confluencia de diversos orígenes, por esta razón, la fuerza y caudal de la gastronomía mexicana debe su grandeza también a la influencia de las culturas asiáticas, elementos que a su vez fueron trasladados desde distintos puntos del continente asiático hacia el americano por los españoles.
Así mismo, Veracruz han correspondido a las culturas que han influido y contribuido a la formación y desarrollo de la gastronomía veracruzana, aportando para el mundo productos endémicos de la región, como lo han sido la vainilla, el jalapeño, la calabaza, el huazoncle y el chayote.
La cultura gastronómica veracruzana se reparte en cuatro regiones: la Huasteca, la central, Sotavento y los Tuxtlas que llega hasta los límites sur de la entidad.
De la región Huasteca (norte del estado, la ciudad más importante es el puerto de Tuxpan) sobresalen los zacahuiles, huatapes de camarón que consiste en una sopa espesada con masa, el pazkal de gallina y ajonjolí (semilla de sésamo importada en México por los navegantes españoles), los bocoles, palmito en escabeche, torta de hueva con huevo, ajicomino de pollo y entre los postres, los chapines o chatines de plátano.
Del centro (con Xalapa como centro de la región) se resalta el chileatole de lengua, la sopa de albondiguillas, el xonequio o quelites con frijol y masa, el tezmole con flor de izote, los chiles jalapeños y chipotles rellenos, chapandongos, torta de gasparitos, chaotextle capeado, tepejilotes en caldillo y el famoso mole de Xico, aunque no menos importante son las mojarras y los langostinos de Coatepec.
En el sotavento se comparten el protagonismo Veracruz, Boca del Río, Chachalacas (Villa Rica, playa en la que desembarcaran Magallanes y Cortés en el s. XVI), Mandinga y Alvarado. Los platillos endémicos de esta zona son el chilpachole de jaiba, tostones de plátano macho, pescado a la veracruzana, pulpos en su tinta, entre otros. También del sotavento tenemos la bebida característica de Boca del Río que se prepara a partir de frutas de temporada, o bien, coco o cacahuate.
De la central a la Huasteca se conforma la zona con mayor influencia española de todo el país, ya que durante más de cuatro centurias el puerto de Veracruz fue punto de entrada de los productos españoles a México y, desde luego, salida de todo tipo de productos de México hacia Europa.
De los Tuxtlas destacan el chilpachole de yuca, borreques o papayanes de frijol con masa y piloncillo, los tegogolos, la carne de chango, la iguana en moxte.
Aunque los famosos tamales son un platillo que se prepara en prácticamente todos los países latinoamericanos, la enorme variedad de tamales en Veracruz le colocan a la cabeza a nivel nacional y entre los primeros a nivel latinoamericano. Desde los zacahuiles huastecos que se trata de un platillo a base de maíz cernido cocido en una gran olla de peltre o barro y carne de puerco con una salsa de chiles secos hasta los tamales de puerco con una salsa de chile seco tan apreciados en la zona del Sotavento. Son deliciosos también los tamales de cazón deshebrado de Nautla y Tecolutla (al norte de la entidad, en la zona huasteca). En los Tuxtlas, se pueden disfrutar los tamalaes morados de coco, mimiles o tamales de elote, tamales de capita con frijol, calabaza y epazote y más al sur, chenchamitos. Los tamales de mole negro y el tamal de cazuela complementan la enorme variedad de tamales de la región.
Coatepec, Córdoba y Huatusco producen y procesan algunos de los mejores cafés del mundo. Internacionalmente se reconoce la calidad del café Coatepec.
Es el puerto jarocho el hogar que vio nacer a uno de los establecimientos más tradicionales de Veracruz y México, El Gran Café de la Parroquia, fundado en 1881 por un inmigrante español, Marcelino Fernández. Lugar de encuentro y convivencia social y muchas veces también económica, el Café de la Parroquia es quizás uno del os establecimientos restauranteros más antiguos del país. Uno de los platos típicos son, aparte de disfrutar su delicioso lechero con el espectáculo de los camareros elevando la cafetera y la jarra de leche hirviendo desde una altura de 40 cms sin derramar una gota, es un bocadillo conocido como platillo volador, que no es otra cosa que un sandwish con carne de pierna de pavo y jamón estilo virginia, pero de verdad, es increíble lo bien que sabe.
Es importante resaltar la importancia de la influencia arábiga en la gastronomía española y por tanto, presente en la cultura culinaria mexicana y, desde luego, veracruzana. Numerosas palabras de uso común en la cocina mexicana obedecen a la amplia presencia de la árabe en la gastronomía ibérica. Algunas de ellas son, albóndiga, albahaca, alcachofa, alcaparra, alcaravea, alfalfa, almendra, almíbar, almidón y almuerzo.
Se suele llamar atinadamente La tercera raíz a la influencia africana en la gastronomía mexicana. Llevados por los españoles al continente americano para incrementar la fuerza de trabajo, los esclavos negros llegan a Veracruz a partir del 1524 llevando consigo la mezcla concebida entre ingredientes de las Antillas y los diferentes orígenes de los esclavos africanos.
La riqueza de una cultura está fundamentada principalmente en la confluencia de diversos orígenes, por esta razón, la fuerza y caudal de la gastronomía mexicana debe su grandeza también a la influencia de las culturas asiáticas, elementos que a su vez fueron trasladados desde distintos puntos del continente asiático hacia el americano por los españoles.
Así mismo, Veracruz han correspondido a las culturas que han influido y contribuido a la formación y desarrollo de la gastronomía veracruzana, aportando para el mundo productos endémicos de la región, como lo han sido la vainilla, el jalapeño, la calabaza, el huazoncle y el chayote.
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